viernes, 2 de mayo de 2014

2/3 POESÍA CON NORTE: A. GAMONEDA

 AL OTRO LADO DEL LENGUAJE

Antonio Gamoneda, a sus 83 años, es un poeta reconocido hoy, como una de las figuras más relevantes de las letras Castellanas. No hay más que ver comentarios de otros Poetas consagrados, como Ángel González o Luis Alberto de Cuenca, que durante el discurso dado en 2006 por la concesión del premio Cervantes, le clasificaban como uno de los mejores poetas de la escena literaria actual. En sus versos encontramos una semántica posada siempre en la vida, que realmente nos hace llegar directamente, sin necesidad de dar explicaciones líricas o de retórica, a los recuerdos. “O es una dimensión en la vida o se basa en la vida o no es nada, que con todas las posibilidades de equivocarme la tengo abandonada” decía Gamoneda durante el recital.

O es una dimensión en la vida
o se basa en la vida
 o no es nada

con todas las posibilidades de equivocarme la tengo abandonada

El pasado martes 29 de abril, abriendo un ciclo dentro del programa poesía con norte, llamado Maestros y Promesas; que se celebra en la sala de exposiciones de la fundación Botín, Antonio Gamoneda dedicó aproximadamente sesenta minutos de su ocupado tiempo en leer unos versos; la mayoría de ellos publicados en los últimos diez años de una larga carrera; que como explicó Lorenzo Olivan, presidente actual de Santander Creativa, comenzó en 1947 con un primer poemario llamado “La tierra y los labios”. Seguido, nombró otro de los libros más reconocidos de dicho autor “Blues Castellano”, donde el recuerdo traumático de una guerra civil le hace plasmar el dolor y sobre todo el frío en las líneas, y es que en Gamoneda, encontramos el sufrimiento poético reflejado como una faceta más del vitalismo, que en su propio lenguaje nos convierte esta tragedia en el enorme placer que evoca leer su verso.

Tras publicar “Cecilia” en 2004, dedicado a su nieta, y “canción errónea” posteriormente, vemos como en Gamoneda nunca desfallece la voz poética; cuya madre según su criterio es el ritmo. Para entender la poesía, Gamoneda se refiere a ella con el término “realidad intelectual”; es decir, se trata de una poesía dedicada a la semántica, basada en la descripción, si se puede llamar de alguna manera, metafísica de los sentimientos; sentimientos que por otra parte giran en torno a aquella miseria y frío que vivió durante la guerra en su niñez, y que repite constantemente, como si fuese, al igual que el título de uno de sus libros, una “sublevación inmóvil” dentro de él.

“Atravesó el silencio” dice otro de sus poemas del primer libro que no leyó durante el recital, pero sí quedó en el aire, hipnotizando a un público, que veía como no ha sido solo capaz de atravesar el silencio sino también el lenguaje. Su poética se basa en los significados que nacen siempre de los hechos. Aludió a un verso de Lorca, “Toros celestes” donde como él decía, “este verso remueve algo de nosotros, no se sabe el qué pero algo que podríamos llamar realidad intelectual”.

Entre los poemas más destacados que leyó, si algún tema común se puede conseguir sacar sobre el conjunto, sería según su propio término, “la vida apartada”, no entendida como un beatus ille Horaciano, sino más bien desde un punto existencialista, dirigiéndonos de "una inexistencia hacia la otra, la oscura y trágica espera hacia la muerte". Claro está, que como él menciona en la rueda de preguntas final, en mitad de este tránsito existen cosas como el amor, la poesía o liberar de la miseria a alguien, valores que no se pueden negar en todo este caminar y que convierten ese “error que es la vida” en algo que merezca la pena vivir.

Además, los espectadores tuvimos la afortunada ocasión de escuchar algunos versos inéditos que aparecerán en “Las venas comunes”; libro en el que viene trabajando desde hace tiempo y que tendrá como temática tiempos quizás más contemporáneos, donde la carga social se hace ver en algunos de los poemas de forma explícita.

Texto: Alejandro Rebollo

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